lunes, 27 de abril de 2009

Pienso 13: ¿¿¿¿Y a qué hora nos mea un perro????


Jesucristo Sacramentado, cúbrennos con tu manto puro, casto y misericordioso, lleno de gloria, ajeno de penumbras y no permitas que a todos nos agarre la histeria al oír las historias de penuria y miseria que se viven por la mentada pandemia.
Oigan, ¡Ya! ¿No? Lo que nos faltaba. Como si no fuera suficiente con la recesión global y el pánico por la mentadísima epidemia de influenza porcina, hoy ¡Tembló en la capital! Un sismo de 5.7 en la escala de rigther, con epicentro en Guerrero, nos retorció las tripas y nos soltó los gases como a eso de las 11:46 de la mañana.
Yo estaba en la oficina, acomodándome el nada fashion cubrebocas que andamos luciendo todos cuando de repente le digo a La Barby: "wey está temblando... wey..." y con cara de influenciado porcino me dice: "no mames, la alerta... desalojemos el edificio... ya!" Admito que a mí me hubiera encantado que me bajara cargando en brazos pa hacerlo sentir el héroe, pero mejor tomamos seriedad -como pocas veces lo hacemos- y todo el edificio, haciendo uso de los mil cursos de contingencia que nos han dado, salimos en filita, sin hablarnos, sin tocarnos, sin vernos, orando por nuestra vida pero eso si, con nuestro nada fashion cubrebocas bien amarrado.

El sismo duro entre 30 y 40 segundos, una eternidad. Afuera estuvimos media hora, un suplicio. Gente de otros edificios en las calles, gente asomándose por las ventanas, todos con cara de ¿¿¿Qué está pasando???
Debo confesar que no dejé de temblar desde que nos evacuaron y que al volver a la oficina me dió el síndrome del 85... a mí me parecía que seguía temblando. Calmados los ánimos me fui al noticiero de la 1 pm para enlazarme hasta Ginebra y que nos dijeran que la fase de la alerta que emite la OMS subía a 4...¡¡Dios Santo!! Me llamó mi primo, mi hermano, mi hermana, mi amado y hasta mi madre, mi sacrosanta y creyente madre para leerme un versículo de la biblia. Le dije "...madre, léeme lo que quieras pero nada del antiguo testamento porque está lleno de historias de úlceras malignas, tumores apostemados y ¡pestes bubónicas! Mi madre optó por leerme el Salmo 22... "El señor es mi pastor nada me faltará", a lo que yo agregué "nada nos pasará..." claro, mientras no dejemos de usar nuestro cubrebocas nada fashion.

2 comentarios:

  1. ¡Me dejas sin palabras!

    Creo que te voy a encadenar a la lap para que no dejes de escribir.

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  2. Se enojaron los Dioses por tanta mentira de la madre esa de la influenza, esta desde el año pasado y de un dia para otro hacen un "Pedooo",
    Que le dijo Mexico a la influenza????....
    Mira como estoy temblando

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